Redes que conectan, redes que dañan

Redes que conectan, redes que dañan 1024 677 TCA Centro Aconcagua

Las redes sociales forman parte de nuestra vida cotidiana. A través de ellas nos conectamos, nos informamos y también nos comparamos. La exposición constante a cuerpos editados, rostros filtrados y estilos de vida idealizados puede generar malestar cuando uno empieza a medir su propio valor a partir de esas imágenes. Aunque sabemos que muchas de esas fotos no son espontáneas ni reales, igual nos afectan

Este impacto se vuelve especialmente problemático cuando hay una autoestima frágil, una relación conflictiva con el cuerpo o un síntoma alimentario presente. En esos casos, las redes no solo refuerzan ideales inalcanzables, sino que también pueden dar lugar a comunidades virtuales donde se promueven conductas perjudiciales para la salud física y emocional. Se comparten tips para evitar comer, para ocultar síntomas, o incluso para competir en términos de peso o restricción. Estos espacios profundizan el aislamiento, el sufrimiento y el riesgo.

Es importante una mirada crítica y cuidadosa de las redes. No todo lo que circula en ellas promueve bienestar. Cuidar la salud mental también implica cuidar lo que consumimos digitalmente. En nuestra propuesta terapéutica, trabajamos para reconstruir una relación más sana no solo con el cuerpo, sino también con los entornos que lo rodean —virtuales y reales— y que influyen, muchas veces sin que lo advirtamos, en cómo nos vemos y en cómo nos tratamos.