Presión estética y vulnerabilidad emocional

Presión estética y vulnerabilidad emocional 1024 677 TCA Centro Aconcagua

Nuestra época está marcada por estándares estéticos cada vez más exigentes, cambiantes y muchas veces inalcanzables. Las formas de cuerpo promovidas tienden a ser uniformes, hegemónicas y poco representativas de la diversidad corporal real. Se idealiza un cuerpo delgado, tonificado, juvenil, sin marcas, sin ciclos, sin contradicciones. En los varones, también se ha intensificado la presión hacia cuerpos musculosos y definidos.

Estos modelos no afectan a todas las personas por igual. Su impacto se vuelve especialmente significativo cuando hay una autoestima frágil, una historia marcada por críticas, exigencias o invalidación, o cuando el cuerpo ha sido un lugar de conflicto desde edades tempranas. Las redes sociales potencian este efecto: editan, filtran, idealizan y luego presentan ese resultado como si fuese espontáneo y natural. Sobre ciertas vulnerabilidades, estos mensajes pueden actuar como factores de riesgo que intensifican la autocrítica, la insatisfacción corporal y la desconexión con uno mismo.

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria son fenómenos complejos, con múltiples determinantes emocionales, relacionales y sociales. Sin embargo, estas exigencias culturales sí pueden actuar como un terreno fértil para el malestar, especialmente cuando no hay referentes alternativos de valor personal. Por eso, en nuestra propuesta terapéutica trabajamos para reconstruir una relación más auténtica con el cuerpo: una relación donde la valía no dependa de encajar en un molde, sino de habitarse con consciencia, sensibilidad y cuidado.